Mauricio trabaja hace cuatro años como remisero, se define como “alternativo” en su profesión, porque llega a esos barrios periféricos que taxis y remises autorizados por el Municipio no van por lainseguridad.
Tanto Mauricio como muchos otros conductores, se presentaron este martes en el Municipio junto a operadoras, pasajeros y los dueños de ocho remiserías denominadas por las autoridades municipales como “truchas”, para hacer oír su reclamo. Para esto, decidieron cortar las calles San Martín e Hipólito Yrigoyen, Yrigoyen y avenida Luro, y La Rioja y Luro.
“Queremos que dejen de secuestrar autos porque somos trabajadores, lo hacemos de forma digna y debemos tener un permiso, y no que el Municipio nos deje desocupados por secuestrarnos el auto y hasta 15 mil pesos de multa”.
Unas 700 personas están involucradas en este mercado informal de trabajo, y aguardan ser recibidos por autoridades municipales o algún bloque de concejales que pueda realizar gestiones para una futura solución.
Por otra parte, denunciaron que “las licencias se venden a 60 mil pesos, cuando no deberían venderse sino otorgarse a trabajadores”.
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