A pesar de las numerosas órdenes judiciales que ordenaron la paralización de las obras con una última y reciente sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata en tal sentido, el club marplatense continúa con sus proyectos institucionales en la zona como desde hace 37 meses y la correspondiente Evaluación de Impacto Ambiental -entregada muy fuera de término-, por el momento, no arrojó ningún aporte a la situación.
Mientras que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible considera que es el Municipio el que debería definitiva y momentáneamente clausurar las obras; el daño ambiental que podrían haber causado los trabajos a los ecosistemas del espacio sigue en posibles condiciones de agravarse.
La ley provincial 11.723 en su artículo nº23 sostiene que “si un proyecto comenzara a ejecutarse sin haber obtenido previamente la declaración de impacto ambiental, deberá ser suspendido por la autoridad ambiental, provincial o municipal correspondiente. En el supuesto que éstas omitieran actuar, el proyecto podrá ser suspendido por cualquier autoridad judicial con competencia territorial sin perjuicio de la responsabilidad a que hubiere lugar”.
Por el momento, la Municipalidad no ha detenido efectivamente las obras y al día de la fecha la situación sigue sin regularizarse.
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