domingo, 22 de septiembre de 2013

"Por los chicos, crecer jugando" comenzó como una escuelita de fútbol. Hoy es una asociación civil que ofrece múltiples alternativas de inclusión a los chicos del barrio Libertad.

Una tarde de sábado caminó decidido hasta la mitad de la cancha. No le costó reconocerla pese a la inexistencia de marcaciones formales. Se paró ahí donde el recorrido cotidiano del ir y venir de los pibes hicieron de la gramilla un recuerdo. Miró hacia ambos arcos donde se arremolinaban un par de chicos en torno a un fútbol medio ovalado y subió la vista al cielo.


En el predio de Maipú y calle 192, popularmente conocido como canchita Las Palmeras, en el corazón del barrio Libertad, uno de los más postergados de Mar del Plata, Lucas Carrizo volvió a mirar hacia ambos arcos y los pibes habían dejado de jugar y lo miraban.

Me paré con la pelota en la mano y sentí que en ese momento comenzó la escuelita, confiesa Lucas, estudiante del tercer año del profesorado de Educación Física.

La escuelita de fútbol que impulsó Lucas fue la semilla que generó, más de cuatro años después, un árbol llamado "Por los chicos, crecer jugando", una asociación civil que preside su mamá, Viviana Villarreal, y en la que también colabora su hermana, Pamela.

Juntos, los hermanos Carrizo visitan la casa de la Tesorera, Mabel Goiburu. Los tres cuentan la historia de este proyecto solidario que no paró de crecer, desde la canchita de Las Palmeras a la Liga Barrial que organiza el EMDER, hasta la pileta del natatorio municipal o las clases de cocina que brindan en la Parroquia Medalla Milagrosa, acá cerca, en 188 y Maipú.

La idea fue generar nuevos espacios que les permitieran a los chicos salir de la calle, cuenta Lucas el objetivo central que lo llevó a la mitad de la cancha aquella tarde de sábado. 


Arrancamos con 30 pibes, encontrándonos una vez por semana y hoy tenemos cuatro categorías en la Liga Barrial, entre las clases 1995 y 2002, entrenamos tres veces por semana".

El entorno social donde se cristaliza el proyecto solidario es complejo. El barrio está estigmatizado como foco de delincuencia e inseguridad. Al principio fue complicado, pero con el tiempo crecimos mucho todos, nosotros y ellos. Creo que ahora se sienten parte de un equipo y han aprendido a compartir. Que se sientan parte de un proyecto, a su edad, es importante, subraya Lucas. Los campeonatos que lograron algunas de las divisiones en la Liga Barrial ayudaron sin dudas a reafirmar la pertenencia.

Con la competición en la Liga llegó también la chance de pasar por el centro de salud para obtener la ficha médica y eso permitió detectar algunas anomalías o falencias alimenticias.

El rendimiento escolar no es excluyente para participar de los equipos, pero subyace en la relación de Lucas con los chicos. Les hablamos para que no descuiden el colegio. No hay una gran deserción escolar, pero sí es frecuente que se lleven muchas materias. Les decimos lo importante que es terminar el secundario".

"Por los chicos, crecer jugando" ahora suma 220 pibes que no sólo tienen la chance de correr detrás de una pelota sino que también algunos concurren a Natación, dentro del programa Nadando en Familia que promueve el Emder.

Los sábados también organizamos un taller literario y de arte en la Capilla San Francisco Solano, en 228 y Río Negro, cuenta Pamela Carrizo, quien pondera la participación de las familias en los nuevos proyectos deportivos de los chicos.

Están todos muy presentes y colaboran con lo que pueden. Si no nos alcanza para la combi que los lleva a la pileta, ayudan, cuenta Pamela. Un grupo de mamás cocina y les preparan una vianda, lo mismo ocurre con quienes juegan a la pelota. Organizamos un taller de cocina y panificados, en la Parroquia Medalla Milagrosa, los miércoles a las 17. Lo dicta la propia mamá de uno de los chicos, Orquídea Iñiguez. Lo que las chicas cocinan se consume los domingos en el partido. Nos generamos nuestros propios alimentos, agrega Lucas y se ríe, entre sorprendido y orgulloso por el recorrido que tuvo su iniciativa.

Necesitamos medias y ojotas para los chicos que van a pileta, contesta la Tesorera cuando se los invita a que a que formulen un "mangazo mediático" para todos los lectores que quieran dar una mano a expandir el sueño. Tenemos camisetas y pantalones cortos pero nos faltan medias, afirman.

"Por los chicos, crecer jugando" fue uno de los proyectos elegidos por los vecinos en el marco del Programa del Presupuesto Participativo del 2012. Movilizamos a un montón de chicos y sus familias -cuenta Pamela como si hubiese sido una travesura-. Nuestro proyecto consiste en incorporar insumos, equipamiento y capacitación para el desarrollo de todas las actividades

Quienes quieran sumarse al proyecto de "Por los chicos, crecer jugando", ya sea como voluntarios, como asociados -solo tienen 50 que aportan $10 por mes-, o quien quiera ayudar puede tomar contacto con los referentes de la institución, llamando al 487-4026 y 477-1878. En Facebook, se los encuentra tipeando "Por los chicos".

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