sábado, 28 de septiembre de 2013

El secretario de Políticas Universitarias, Martín Gil: "La universidad argentina no es sólo una puerta giratoria".

"Hay que contribuir para que la universidad no sólo sea una puerta giratoria. Sino que sea inclusión en el ingreso, la retención y la graduación". Así explicó el secretario de Políticas Universitarias, Martín.


Gil, la política que persiguen desde la cartera y comentó que la matrícula en los últimos 10 años, creció un 30% mientras que la graduación un 85%.

Gil participó en Mar del Plata del 70º Plenario de Rectores de universidades nacionales que concluyó ayer en Mar del Plata en el NH Gran Hotel Provincial. "En el año 2003 egresaban de la universidad argentina 65.000 profesionales, mientras que el año pasado fueron 118.000", dijo el funcionario.

-Una de las premisas de la universidad pública argentina es la inclusión, ¿cómo se logra esto?


-Nosotros lo estamos planteando como uno de los ejes troncales del sistema universitario. Creemos que hoy tenemos una universidad mucho más abierta en términos inclusivos del que se podía construir hace algún otro tiempo. Hemos fortalecido muchísimo los programas de becas en cantidad y en sistemas. Tanto el Programa Nacional de becas universitarias como el Bicentenario permitieron pasar de 2.000 becas que se entregaron en el 2003, a 50.000 que se están dando este año. Pero también concebimos que la beca sola no es una herramienta suficiente. Muchas veces la universidad con gratuidad y beca no se transforma necesariamente en inclusiva. Un componente muy fuerte es la territorialidad, es decir la proximidad de la enseñan universitaria con los lugares donde se pertenece. Y en ese sentido hemos hecho mucho con la creación de 9 universidades. Algunas de ellas en lugares como Tierra del Fuego o Chaco que han contribuido a ese esquema. O la creación de Centros Universitarios Regionales asociando los esfuerzos con las universidades existentes. También surge la necesidad de trabajar en contexto específicos como la relación de la universidad con la discapacidad, que hemos trabajado mucho en disminuir barreras tanto en la accesibilidad física como la académica. Este año estamos entregando una computadora con sistema adaptado para el estudio para personas con problemas de discapacidad. O la educación en contexto de encierro donde también se han dado pasos muy importantes. Asimismo, se trabaja para llevar la educación a los pueblos originarios. Estamos creando oferta académica en Santa Victoria Este, un pueblito en el límite de Bolivia, Paraguay y Argentina, donde se enseña por parte de la Universidad de Salta la carrera de Ingeniería en las lenguas originarias de los pueblos que allí radican. El trabajo es muy intenso, debe ser continuo y se han dado pasos muy significativos. Por eso es que hoy podemos mostrar las nuevas universidades y el crecimiento de la matrícula. En la última década casi 600.000 estudiantes se han sumado al sistema universitario y muchos de ellos son primera generación de estudiantes universitarios. Vienen de una familia donde su mamá o papá no podía llegar al sistema universitario y creo que es mucho lo que resta, pero tenemos que profundizar el camino que se ha iniciado.

Algunas mejoras

-La baja tasa de graduación y el escaso interés por las carreras que necesita el país ¿son temas que preocupan?

-Hemos trabajado con mucha intensidad en el último punto. Las becas Bicentenario promueven el estudio de carreras de interés prioritario. Por indicación de la Presidenta estamos con un plan estratégico para la formación de Ingenieros que aspira a que en el año 2020 Argentina sea el país con la tasa de graduación de ingenieros más alta de América Latina. Mejoramos los indicadores sustantivamente. Es cierto que en Ingeniería no ha crecido la matrícula, es casi idéntica a los últimos 10 años. Sin embargo la cantidad de estudiantes activos creció un 20%, lo cual es un índice de retención y la graduación creció un 50%. Por eso estamos desarrollando un conjunto de programas específicos de mejora en Ciencias Químicas, Ingeniería, Biología, Geología, Agronomía, Veterinaria, Medicina. Entendemos que hay que contribuir a que la universidad no sólo sea una puerta giratoria. Sino que sea inclusión en el ingreso, la retención y la graduación. La matrícula en los últimos 10 años creció un 30%, pero la graduación un 85%. En el año 2003 egresaban de la universidad argentina 65.000 profesionales, mientras que el año pasado fueron 118.000. Es un aumento muy importante con un crecimiento menor de la matrícula. Esto quiere decir que los programas están dando resultado en cuanto a la retención y a la graduación.

-¿Está en agenda el debate por una nueva ley para la educación superior?

-Siempre es una cuestión que está latente. Creemos que se ha producido un cambio de paradigma entre la educación que se regía por los principios del consenso de Washington en los '90 y la que hoy construye el sistema universitario. Por eso es permanente este debate en torno a que cuando estén dadas las condiciones se pueda propiciar una ley que refleje o contemple lo que es los avances y logros que el sistema universitario tiene en este tiempo y cuya normativa se ha ido dictando mediante resoluciones ministeriales o normativas complementarias a la ley vigente. Seguramente esa materia cuando están dadas las condiciones en el sistema universitario o la comunidad implicará un avance. El sistema siempre tiene en debate y en agenda llevar adelante una normativa en legislación de educación superior que sea un reflejo mucho más genuino del sistema que construimos en la actualidad.

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