domingo, 15 de septiembre de 2013

Construcciones por vía de excepción, una constante en la gestión del intendente Pulti.

Defensores del patrimonio critican el avasallamiento del bien arquitectónico local que lleva a cabo el Municipio. Aseguran que el “estilo Mar del Plata” está en vías de extinción: los chalets auténticos se transforman en torres.


Primer paso: el Municipio pone “en valor” un bien patrimonial. Segundo: el Ejecutivo envía al Concejo Deliberante un proyecto para autorizar por excepción la construcción de una torre. Tercero: con presiones gremiales, políticas y/o económicas, el cuerpo legislativo aprueba la iniciativa. Meses después, la obra se pone en marcha. Finalmente el emprendimiento le resta continuidad a la identidad histórica del barrio y contribuye a la extinción del estilo arquitectónico marplatense. Este “mecanismo”, como lo definen los defensores del patrimonio local, ya forma parte de una “marca registrada” de la gestión Pulti, debido a la cantidad de torres y otras construcciones adjudicadas a través de una herramienta de valioso rédito económico: las ordenanzas por excepción.

Durante sus años como concejal, Gustavo Pulti fue un ferviente defensor del bien patrimonial. En reiteradas ocasiones se opuso desde su banca a la autorización de construcción de torres impulsadazas por el entonces oficialismo radical. Pero al llegar a la intendencia, la historia cambió.

Los defensores del patrimonio advierten un férreo crecimiento en la cantidad de obras aprobadas por excepción, con una escasa planificación, un Código de Ordenamiento Territorial obsoleto y en desmedro del patrimonio.

El titular de la Asociación Civil Marplatense del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, Cristian Andreoli, aseguró que “el mecanismo de tomar el bien patrimonial, ponerlo ‘en valor’ y autorizar la construcción de una torre es una marca registrada de esta gestión”.

A su entender, existe un “desinterés casi total” por la preservación del patrimonio que se evidencia por el tratamiento “dispar” de las ordenanzas que regulan la construcción en la ciudad.

Los ejemplos son varios y se replican en diferentes sectores de la ciudad. En abril de este año, por excepción, se autorizó la construcción de otra torre en Punta Mogotes, en Martínez de Hoz y Acevedo. Los vecinos se manifestaron en contra, pero “siempre se pretende que la ecuación sea beneficiosa desde lo económico sin importar el costo que paga la ciudad”, advirtió Andreoli.

En Playa Chica se erigen las torres de César Pelli, otro de los proyectos autorizados por ordenanzas de excepción. Aquí el impacto se produce sobre el espacio público por los conos se sombra que generará, pero además “está la afectación de un bien patrimonial como es el ex Hotel Explanada”.

Recientemente, con votos del bloque radical, Acción Marplatense aprobó -también por excepción- la construcción de otra torre en Patricio Peralta Ramos 3161, justo frente al Torreón.

A pocos metros de esta obra tuvo lugar a fines del año pasado otra fuerte polémica. Se aprobó la demolición de un chalet adjunto a Tío Curzio para construir una nueva torre.

En la misma zona se encuentra el emblemático Chateau Frontenac. “Aprobaron una ordenanza en la cual quintuplicaron la capacidad constructiva de la parcela en la que se encuentra, habilitando que se construya en su parque una torre de varios pisos”. La historia se repite, por ejemplo, en Villa Lobos (en ejecución), el Chalet Minvielle, en Villa Luján (en ejecución) y en la zona de Boulevard Marítimo casi 9 de Julio, nuevamente por excepción, fiel al estilo de la marca registrada de la actual gestión.

El boom inmobiliario sobre uno de los sectores más caracterizados por los chalets con estilo arquitectónico marplatense avasalló buena parte de su identidad. En La Perla conviven hoy casas típicas con grandes edificios con vista al mar.

El ex chalet de Marta Minujín, donde funcionaba el colegio de Técnicos, en 11 de setiembre 3200, sería demolido próximamente. En el 2009 el ex concejal radical Fernando Rizzi promovió su preservación a través de un proyecto de ordenanza que hoy se encuentra “demorado”.

“Hay también un petitorio vecinal de Punta Iglesia para proteger el borde costero, pero no han querido tratarlo", indicó Cristian Andreoli, quien aclaró que el caso de este chalet es sólo “un ejemplo más”del “avasallamiento” que sufre la zona.

En 11 de Septiembre entre Córdoba y San Luis, los chalets típicos se vuelven casi invisibles entre las torres que los rodean. Los operadores inmobiliarios del lugar reconocen que se trata de uno de los puntos más buscados por importantes inversores y que la tendencia, sin una planificación, irá en aumento.

“El estilo Mar del Plata tiende a extinguirse”

“La planificación sigue sin existir”, reconoció Andreoli, quien alertó que el “estilo Mar del Plata” -de chalets típicos a base de piedra extraída de la ciudad-, “tiende a extinguirse” porque el Municipio “no tiene un trabajo que apunte a preservarlos”.

“Creemos que el Municipio tiene que ir por otro camino porque de esta manera el bien patrimonial queda desvirtuado y descontextualizado por la alteración del contexto”, advirtió el defensor del patrimonio, quien advirtió que “se adjudican construcciones sin ningún estudio de cómo van a impactar en un barrio”.

Consultado acerca de la añorada modificación del COT, analizó: “¿Qué sentido tiene revisar el Código cuando se lo vulnera luego por ordenanzas de excepción, que cada vez son más habituales?”. “Pero tampoco se debería plantear una modificación del Código de Ordenamiento Territorial sin antes tener una planificación de la ciudad, porque el COT es algo que se aplica sobre algo previo, como es esta planificación, que aún no existe”, completó.

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