jueves, 17 de octubre de 2013

A pesar de oponerse en su época de concejal, como intendente Pulti autorizó más de una decena de excepciones para demoler o modificar bienes patrimoniales.


A pesar del slogan marketinero de campaña electoral denominado “Ser Marplatense", el intendente Gustavo Pulti no muestra demasiada devoción en la preservación del patrimonio de Mar del Plata. En su extensa época de concejal defendía –desde el discurso- con uñas y dientes las propiedades patrimoniales, pero cuando se sentó en el sillón principal del Municipio no sólo continuó con la línea de excepciones que aplicaba el exjefe comunal Daniel Katz, sino que la amplió. 

En lo que va de su gestión, Pulti ya dio su visto bueno para que más de diez inmuebles o chalets con preservación patrimonial sean derribados o reformados, para dejar paso a torres, especialmente en el sector de la Costa. 
Un poco de historia: las contradicciones de Acción Marplatense

En 2001 se produce quizá la primera utilización de un bien patrimonial como excusa para validar una excepción a las normas de ejido urbano, cuando en la sesión del 14 de junio se aprobó la ordenanza 14.074 que autorizó la construcción de una torre en los fondos de los bienes patrimoniales ubicados en Córdoba y la costa. Se trataba la Casa Criolla de Benito Carrasco y exchalet de Irene Spinetto de Sanguinetti.

Según consta en el acta de sesiones de aquel día, Acción Marplatense cuestionó el proyecto y muy especialmente el otorgamiento de indicadores especiales para compensar o reconocer la preservación de la vivienda, sobre todo si esos indicadores especiales “en realidad se convierten en liberación de altura, ocupación del centro de manzana, creación de nuevas medianeras”.

El pultismo sostenía que Mar del Plata “es una ciudad turística, la imagen urbana es un elemento que también, además de nuestra identidad cultural, forma parte del valor económico agregado que tiene la ciudad”, por lo cual el proyecto debía revisarse. Jamás se revisó.

En 2005, se produjo algo similar, se autorizó una torre de unos 18 pisos en el jardín del bien patrimonial ubicado en Güemes y la costa (Chalet Valdivia de García). Esta vez la autorización fue por medio de un decreto, que lleva la firma del exintendente Daniel Katz, y cuando hubiese correspondido una Ordenanza ya que constituye una clara excepción a las normas de ejido urbano.

El cuestionamiento que desde la oposición se hizo en aquel momento a través de un proyecto de comunicación, que llevaba las firmas de los entonces concejales Gustavo Pulti, Marcelo Artime y Héctor Rosso, tiene fundamentos muy claros. En el texto, se remarcó que “si bien en este caso la propiedad objeto de la declaratoria no será demolida, es de considerar que el precio de dicha permanencia será a costa de sacrificar el espíritu primigenio de su inmejorable implantación frente al mar, su propio territorio verde que lo enmarca despejadamente y lo enaltece como obra arquitectónica de su época”.
Más casos similares

Con estos antecedentes se podría esperar que Pulti, una vez que alcanzó el poder en 2007, no continuaría con esta política de excepciones que destruyen el patrimonio marplatense. Lejos de abandonarla, la potenció. Los vecinos marplatenses son testigos de un festival de casos similares, promovidos ahora por quienes antes se oponían tan lúcidamente. A continuación, algunos ejemplos:

· En 2010 se aprobó la ordenanza 19.904, que permitió “sepultar” en cemento al chalet Minvielle(Moreno 2451, obra de Alula Baldassarini).

· En 2011 se autorizó la anexión de un edificio en altura en Villa Lobos, quitando las especies arbóreas de su parque.

· En 2011 se aprobó la ordenanza 20.671, que permitió demoler -primero parte y después todo- el ex hotel Explanada y construir tres torres que ensombrecerán el Paseo Playa Chica

· En 2011 se quintuplicaron los indicadores urbanísticos en el predio del Chateau Frontenac, habilitando a que se puedan construir torres en su parque.

· En 2012 se habilitó el inicio de un edificio en altura en Villa Luján (Alberti y Aristóbulo del valle) anulando su parque y quitando componentes de valor.

· En 2012 se aprobó la ordenanza 20.984, que autoriza al Sindicato de Pasteleros a cercenar dos chalet del Conjunto 11 de Septiembre para construir detrás de ellos un hotel de 10 pisos y entre medianeras.

· En 2012 se aprobó la norma 21.146 que autoriza demoler uno de los dos chalet del conjunto de Boulevard Marítimo y Colón, y construir allí una torre de cerca de 10 pisos.

· Se estudian proyectos similares para el Chalet de Boulevard Marítimo 1661, para el chalet Ave María que perteneciera a Mariano Mores (Alem y Gascón), Chalet de Alberto Williams (Villa Ricardo - Bolívar 1051), que fuera residencia del padre de Amancio Williams, una obra proyectada por el mismo Amancio cuando aún no se recibía de arquitecto (y por supuesto, antes que proyectara la Casa del Puente).
“Hay una ausencia total de voluntad política para preservar los bienes culturales”

En declaraciones a 0223, el titular de la ONG Marplatenses Defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, Cristian Andreoli, sostuvo que “estas concesiones que está otorgando el Municipio han llevado a que otros bienes comiencen a ponerse en situación de riesgo. Recientemente una entidad sindical compró el Chalet Plus Ultra y una parcela baldía aledaña, en el interior de la Loma Santa Cecilia; o que se pusiera el cartel de venta al Chalet Santa Paula (ex residencia de Dardo Rocha), que cuenta con amplio parque y está próxima al emprendimiento comercial de la ex terminal”.

En ese sentido, el arquitecto manifestó que “nos quieren hacer creer que es la única forma de salvaguardar el patrimonio, y no es así. Eso no es salvaguardar el patrimonio, ni ‘ponerlo en valor’como les gusta colocar en los carteles de obra. Eso es utilizarlos para realizar negocios inmobiliarios, en beneficio de particulares y en perjuicio de un interés colectivo, el de muchísimos marplatenses que quieren que se preserven en forma digna aquellos componentes del paisaje urbano que dan identidad a la ciudad”.

“La destrucción del patrimonio no se produce solamente cuando se demuele la obra arquitectónica, sino también cuando se le quitan los atributos que le dan valor, que lo enaltecen, que permiten su correcta interpretación. Ese es el daño que están sufriendo numerosos bienes de la ciudad”, añadió.

Además, Andreoli afirmó que “el Municipio tiene herramientas a las que recurrir para favorecer la adecuada preservación de los bienes patrimoniales y no lo hace, lo cual no deja otra opción que pensar que se está claramente beneficiando el interés privado por sobre el interés colectivo". "Ni siquiera pueden esgrimir que es por la necesidad de general empleo, en principio porque es un argumento falaz, ya que las fuentes de trabajo que se generan son temporales y en cambio se daña un recurso turístico que significa trabajo permanente, y además porque aplicar medidas proteccionistas no invalida el otorgamiento de facilidades para que se mantenga una dinámica aceptable en la industria de la construcción”, concluyó.

por Carlos Walker

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